Barrios como La Corbata, La Güinera, la Comunidad de transito 6to Congreso y La Hata, habían tenido la experiencia de interactuar con el trovador insigne de muchos cubanos. En la presentación del 14 de enero último hice alusión a una bellísima bandera que había detrás del escenario, pero esta vez aquella bandera creció y se ubicó, más grande, a un costado para disfrutar como espectador – y uno muy especial - ondeando desde el balcón de un edificio -esquina de la Plazoleta Los Sitios-, lugar escogido por Silvio Rodríguez para regalar un concierto lleno de alegría y buenas vibras; siendo esta ocasión el municipio Centro Habana el que le abrió sus puertas en una plaza de pueblo y gente maravillosa.
A las 5 de la tarde Silvio sube a la tarima y agradece al pueblo de la localidad por su gentileza y presenta sin más preámbulos los primeros invitados, un trío de música clásica integrado por la flautista Niurka González junto a Amparo del Riego al cello y a otra flautista, interpretan de manera magistral el primer movimiento de una obra del compositor austriaco Joseph Haydn.
Seguido el poeta Víctor Casaus hizo entrega de donaciones de libros a nombre del Centro Pablo de la Torriente Brau que él dirige y también de otras instituciones que están involucradas en este noble propósito junto al trovador, e introdujo al joven Eduardo Sosa que cantó un par de temas suyos donde nuevamente fue muy bien recibido su A mí me gusta Compay.
Retorna Silvio Rodríguez, acompañado de su formidable equipo de músicos integrado la flautista Niurka González, el percusionista Oliver Valdés y el Trío Trovarroco (Rachid López, Maikel Elizarde y César Bacaró) para este ya inolvidable concierto que estuvo marcado por las múltiples peticiones de un público que entendía muy bien el lenguaje, escuchaba los temas y cantaba todo junto al trovador. La Canción de la trova es el comienzo, luego le siguen Óleo de mujer con sombrero, Escaramujo, Canción del elegido, La maza y La era esta pariendo un corazón.
Aquí Silvio hace un aparte para los niños presentes cuando les canta Pioneros y El reparador de sueños y vuelve a la carga con El necio, Días y flores, El mayor y Quien fuera. El público pide y pide más y Silvio no se va, les regala un par de temas y da paso a sus últimos invitados, Los Papines, que movieron todo y de qué manera. La rumba al tiempo de sus temas y en especial arreglo para Ojalá retumbaron en la plaza de 6 esquinas donde una bandera, una muy especial, ondeaba junto a su pueblo y vivía todo como un especial espectador.
Fuente: Cubarte. Disponible en: http://www.cubarte.cult.cu/paginas/actualidad/noticia.php?id=149597&tabla=