La flautista Niurka González y la pianista María del Henar Navarro, integrantes del Dúo Ondina, ofrecieron en el Hemiciclo del Museo Nacional de Bellas Artes un recital demostrativo de la madurez de una agrupación que clasifica entre las más notables del ámbito de la música de cámara en nuestro país.
Así lo demostraron desde los primeros pasajes compartidos de la Suite campesina húngara, de Béla Bartók (1881-1945), hasta la interpretación de música cubana que puso fin a la velada.
Entretanto, el discurso de la flautista y el soporte de la pianista acompañante fueron precisos en la trasmisión de los aires de la Grande polonaise op. 16, del alemán Theobald Boehm (1794-1881) y la popular Fantaisie pastorale hongroise, del húngaro François Doppler (1821-1883).
Del repertorio nacional Niurka y María del Henar versionaron con fortuna el tema Miradas furtivas, disfrutado en el recital por el propio autor, José María Vitier (1954). La obra inicialmente concebida por Vitier para piano y saxofón, cumplió las expectativas del público.
Y luego vino la obra de Andrés Alén (1950), Tema con variaciones y fuga, perfecta combinación musical que brotó del arte de sus protagonistas.
Fue una bella manera de evocar los pasos del maestro cubano Roberto Ondina (1904-1963), eminente flautista nuestro al que honran Niurka y María de Henar desde que en 1997 decidieron trabajar juntas.
Por Ricardo Alonso Venereo
Fuente: Granma
Disponible en: http://www.granma.co.cu/2012/06/20/cultura/artic04.html