En una Catedral abarrotada de público se desarrolló, en la noche de este viernes, la inauguración del Festival Mozart Habana 2015. La majestuosidad de esta construcción colonial del siglo XVIII – luego de una esmerada restauración – fue el mejor escenario para la velada, que celebraba la culminación y “continuidad” del proyecto “La música clásica europea en el entorno social de La Habana Vieja”, financiado por la Unión Europea.
Digo continuidad porque a partir de ahora el Lyceum Mozartiano de La Habana debe conservar y escalar superiores peldaños para mantener los resultados logrados en los últimos tres años que abarcó la iniciativa. Que satisfacción siente uno cuando invitados y representantes de la prensa de Salzburgo, Alemania, Estados Unidos, y otros, entre los que me encontraba disfrutando del recital, vitoreaban “¡Bravo!” una vez terminadas las piezas escogidas para la ocasión.
El Concierto para flauta no 1 en sol mayor KV 313, de Wolfgang Amadeus Mozart, interpretado con lirismo y exquisito virtuosismo por la eminente flautista cubana Niurka González; acompañada por la Orquesta Sinfónica del Instituto Superior de Arte (ISA), adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana, abrió el programa de la noche.
Luego la Gran Misa en do menor del genio de Salzburgo, escuchada por primera vez en Cuba; única pieza de corte religioso del músico austriaco, escrita por propia inspiración y que rompió con los cánones de las composiciones del género en la época, porque Mozart decidió hacerla a la usanza de las cantatas con solos, dúos, tríos, cuartetos, es decir al estilo de la ópera.
Según comentó para Habana Radio José Antonio Méndez, director de la orquesta del ISA, la Gran Misa está llena de singularidades melódicas y armónicas, dificultad técnica e interpretativa, que conlleva gran esfuerzo físico: “No fue fácil dirigir unas 200 personas y que todas marcaran el mismo tiempo con una coherencia en la interpretación, pero creo lo logramos, trabajamos mucho para ello”.
Para la ocasión fueron escogidas voces de algunos de los mejores coros de la Isla, junto a solistas de la talla de la soprano alemana Claire Elizabeth Craig y nuestra Bárbara Llanes, el tenor Roger Quintana y el barítono Amhed Gómez, quienes en sus respectivos registros dominaron con elegancia las exégesis en cada movimiento.
Esa combinación de coro, orquesta y solistas indistintamente con un empaste impecable bajo la batuta de Méndez, emocionó a no pocos de los asistentes que con absoluto silencio disfrutaron del Kyrie, Gloria, Credo y Benedictus de la obra religiosa pero que una vez terminada agradecieron con ininterrumpidos aplausos.
Antes de los primeros acordes de la orquesta, destacadas personalidades se dirigieron a los asistentes para dejar constancia de la importancia de un proyecto y un Festival que pretende constituirse como una festividad anual, donde los jóvenes también puedan mostrar sus obras.
El Embajador de la Unión Europea en Cuba, Excmo. Sr. Herman Portocarero, dijo que la presencia de la Unión Europea en Cuba y en la capital tiene un componente cultural importante sin dejar a un lado el vínculo de sus proyectos al entorno social y la vida de la capital. “No es una coincidencia – aseguró –, sino un apego que compartimos con mi gran amigo Don Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad. Él más que nadie ha trabajado para resucitar y salvar el alma de La Habana Vieja sin jamás olvidar a su gente”.
Destacó, además, el diplomático que “en ese sentido la cooperación que tienen con el Mozarteum está encaminada a fomentar el inmenso talento musical de la juventud habanera, de la que escucharemos una muestra importante esta noche”. Luego, el Viceministro de Cultura de Cuba, Fernando Rojas, resaltó las clases magistrales que se han impartido en estos tres años, como parte del proyecto, en el Lyceum por renombrados profesores europeos, convocados por la Universidad Mozarteum de Salzburgo: “Ello, sin dudas, ha fortalecido la orquesta juvenil distinguida por su alto nivel y reconocido prestigio en la Isla y otras regiones del mundo”. “Nuestro mayor interés es que este Festival quede establecido y que la obra de Mozart sea el pretexto para que se reúnan los artistas cubanos y de otros confines del mundo para hacer y disfrutar la música”, concluyó Fernando.
Por su parte, el Presidente de la Fundación Mozarteum de Salzburgo, Doctor Johannes Honsing, cuyas primeras palabras las pronunció en español, aseguró que “todos conocen los ojos de un niño abriendo un regalo. Así me siento hoy. Ustedes, jóvenes, nos regalan este momento único, muchísimas gracias de corazón”. “Tengo que decir que este es el momento más impresionante tanto para la Fundación, como para la ciudad y para los músicos a quienes pertenece este acontecimiento”, subrayó. Recordó Honsing que fue en el 2007 cuando junto a su esposa viajó por primer vez a Cuba con la encomienda de develar un busto de piedra dedicado a Mozart. “Ese busto se ha convertido en vida y en este especial Festival”, sentenció. “El mayor enriquecimiento que tenemos es que hemos aprendido mucho de todos aquí en La Habana y nos llevamos ese sentimiento hacia Austria, por lo que le agradecemos a ustedes”, concluyó el presidente de la Fundación Mozarteum de Salzburgo.
Asistieron también a la velada la Excma Sra. Gerlinde Paschinger, Embajadora de la República de Austria en la Isla; Cardenal Jaime Ortega; Matthias Schulz, Director Artístico de la Fundación Mozarteum de Salzburgo; representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en Cuba, directivos de la Oficina del Historiador de La Habana, entre otras personalidades.
Por: Ofelia Sandar Valles
Fuente: Habana Radio.cu
Disponible en: http://www.habanaradio.cu/culturales/festival-mozart-habana-un-comienzo-...