El Festival de Música Antigua homenajeó en La Habana al compositor alemán Georg Friedrich Händel en el 250 aniversario de su muerte. La clavecinista estadounidense Kathleen McIntosh, presente también en La Habana con su experiencia y buen gusto interpretativo, donde actuó con la laureada flautista cubana Niurka González y la Orquesta de Cámara Solistas de La Habana.A propósito de calidad: el concierto de clausura tuvo como atractivo central a la flautista Niurka González, a los Solistas de La Habana y alumnos del Instituto Superior de Arte en obras de Couperin, Telemann, Boismortier y Giovanni Chinzer, algunas con cambios de formato que eran muy usuales en épocas donde lo que más importaba era el tejido polifónico, no tanto con qué fuentes sonoras se armaba, de manera que consignarlo como aclaración se agradece, pero no porque se requiriera a modo de justificación teórica en el programa de mano.Esa noche, pese al designio fatal del escultor rumano Constantin Brancusi acerca de que "nada crece bien a la sombra de un gran árbol", se logró una profunda interacción que subordina el concepto de lo que en época posterior fue el solista virtuoso, al objetivo de sumar voluntades e intenciones expresivas, sin que por eso faltara, en la dosis adecuada, el destaque del pasaje ligero y ágil o del profundo cantable, ampuloso o sutil. Y se jugó con mucho más que el balance en el plano dinámico, que también estaba la correspondencia de articulaciones y sentido del fraseo, algo imprescindible si una hace la propuesta y otra da la respuesta, o imita el mismo motivo melódico, o lo despliega en variación, como hicieran tan limpia y coherentemente Niurka González con sus alumnas del Instituto Superior de Arte integrando un quinteto con el encanto musical de sirenas que ya no cantan sólo para un mítico Ulises.
17 de feb 2009
Fuente: Por Jorge Fiallo. Cubanow.net